Un año más, las mujeres y hombres que formamos INCIDE alzamos nuestro grito contra la violencia machista y nos sumamos a las acciones de lucha con motivo de la conmemoración del Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las mujeres.

Un año más, recordamos que esta lacra ha contabilizado, en los últimos quince años, el asesinato de 971 mujeres y 27 menores. 43 en lo que va de año.

Un año más, volvemos a llamar a la rebelión social, al repudio ciudadano, a la acción decidida de las administraciones y al compromiso político para acabar con esta pandemia que es una de las mayores causas de muerte de mujeres en el mundo.

Un año más, volvemos a repetir que, cada día del año, deben de ser días de lucha para la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Porque la violencia contra las mujeres se sustenta en la violencia estructural que socialmente mantenemos en nuestros comportamientos diarios, en el trato desigual y subordinado que la mujer ha mantenido históricamente y que aún se mantiene en nuestros días. La violencia de género se perpetúa en la falta de igualdad de oportunidades, en los roles machistas que subvaloran a las mujeres, en los estereotipos denigrantes, en los chistes ofensivos, en la publicidad sexista, en la humillación verbal y simbólica, en el amor entendido como posesión,  en la invisibilidad en el lenguaje, en los comportamientos agresivos de los piropos o requerimientos sexuales, en la brecha salarial que hace que las mujeres cobren menos por igual trabajo, en la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y cargas familiares, en las relaciones de pareja insanas… Una violencia estructural que es preciso deconstruir si queremos realmente  acabar con la violencia contra las mujeres. Porque es esta base patriarcal la que sustenta la pirámide de la violencia y la responsable del ascenso hasta el pico más alto que es el asesinato.

Desde esta base se naturaliza el papel subordinado e inferior de las mujeres, se las cosifica para ser tratadas como objetos, se justifica la prostitución y el uso de su cuerpo como mera vasija, se la considera propiedad de alguien, objeto de deseo y lujuria, mera mercancía que puede ser comprada y, en función de todo esto, maltratada y asesinada.

Por ello, un año más, las mujeres y los hombres de INCIDE levantamos nuestra voz para decir que luchamos todos los días contra la violencia machista, que trabajamos por la igualdad, que reclamamos igualdad de trato y salario, que clamamos por la abolición de la prostitución y la compra del cuerpo de las mujeres… y que exigimos que se pongan en marcha todos los mecanismos plasmados en el pacto de estado. Porque es necesario un cambio legislativo que lleve la lucha contra la violencia de género a todos los ámbitos de las administraciones: educación, salud, justicia, seguridad ciudadana… porque es necesario que la sociedad, toda, sea un clamor ciudadano desmontando la desigualdad para erradicar la violencia contra las mujeres, todas las mujeres, en todas las partes del mundo.

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